viernes, 3 de mayo de 2013

Momento de huir de las diferencias

EL CONFLICTO ENTRE COREA DEL NORTE Y COREA DEL SUR SE REMONTA A 1945. LA PENÍNSULA COREANA VIVE UNA SITUACIÓN DE INESTABILIDAD POLÍTICA DESDE HACE MÁS DE 60 AÑOS


A pesar de sus muchas declaraciones de "paz firmadas", y sin dejarnos llevar solo por los últimos conflictos presentados entre estos países que tienen poblaciones relativamente parecidas físicamente, que sin embargo sufren, y digo sufren porque pareciese una enfermedad,  de diferencias extremas que escapan de una cultura legendaria y admirada como lo es la cultura asiática.

Aquí, un testimonio encontrado entre los archivos de TED sobre Hyeonseo Lee, una jovencita que si vemos se nos haría difícil saber cuál es su procedencia. ¿Asiática? Sí claro. Pero no basta con ello. Si le preguntamos, ella dirá:



"No tengo un país que pueda llamar con orgullo mío"





Esta frase resentida resume un poco su trágica historia.






Nació en Corea del Norte y creía que todo iba bien en su país. Que las personas eran buenas, no sabía mucho del mundo occidental, pero sí tenía claro que América, Corea del Sur y Japón eran sus amigos.






A los 7 años vio su primera ejecución pública pero siguió pensando que las cosas iban bien.
Todo cambió cuando recibió la carta de un colega de su hermana anunciando que los daba por muertos una vez que esa carta llegara a su destino, que eran las manos de la pequeña Hyeonseo. Luego de leer la horrorosa frase, levantó la vista y vio a su familia tendida en el suelo muriendo poco a poco de hambre. No habían ingerido nada hace 2 semanas. 

Esto paralizó por completo su pequeño cuerpo y decidió que no podía vivir así.

Los detalles de su huida de Corea del Norte a China son secretos. Pero ahí no terminó todo, su sufrimiento, y he ahí el resentimiento, se extendió a medida que su familia no corría la misma suerte que ella. 
De niña vio muchos cuerpos tendidos en los límites de Corea del Norte, en el río específicamente; no podía permitir que su familia tomara esos riesgos a la hora de huir de su país donde todos parecían más que pobladores, unos presos.


Desde donde se ubicaba mandaba dinero a sus parientes hasta que este fue interceptado de manera injusta por las autoridades de su ex-país.

No logró ver a su familia en 14 años. Tuvo que sacar más de 5 veces a sus padres de prisión en el proceso de huir de Corea, ya que una vez interceptado el dinero todo ellos tenían que, naturalmente como dicen las leyes, ir a prisión. Para ello gastó todos sus ahorros sobornando a autoridades.

A todo esto, ¿qué necesidad hay de oprimir de esta manera a nuestros habitantes? Es que acaso solo algunos deben correr con su poca suerte para huir de un gobierno con el cual no están de acuerdo. No sé cuáles sean tus pensamientos de gobierno Corea del Norte, ni de qué manera tu cultura legendaria, que sin embargo sigo admirando por las muestras de coraje y valentía, influya en esto. Pero queda claro que resentimientos antiguos, obsoletos, sigan marcando el pensamiento de toda una nación hambrienta, y hambrienta además de progreso que no vendrá si testimonios como este siguen saliendo a la luz. Y más triste aún, que veamos que no hay un cambio revertido en la historia. El pasado no se cambia, no se borra ni se edita; pero el presente puede remendarlo y superarlo.


“Deberíamos usar el pasado como trampolín y no como sofá”

-Harold Macmillan-

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